Gran pregunta la que planteamos hoy. Este es un debate en el que podemos levantar algunas ampollas, pero nos vamos a mojar, porque nos tomamos muy en serio nuestro trabajo y somos muy conscientes de que detrás de pequeños bloqueos puede haber todo un mundo de emociones reprimidas que hay que saber manejar y de las que hay que hacerse cargo como profesional responsable y comprometido. Pero de esto hablaremos más tarde, que nos estamos adelantando.

Si nos fijamos en diferentes fuentes de información (vamos a tomar como referencia el artículo del Dr. Alejo García-Naveira Psicología y Coaching: reflexión y acción), podemos apreciar que se intenta diferenciar el coaching de la psicoterapia en determinados aspectos, pero…¿realmente hay tanta diferencia entre uno y otra?

  • “En coaching se establece una relación de igual a igual”. No dejes que te lo vendan así. Cuando acudes a que te ayuden a solucionar algo, y además pagas por ello, la relación ya no es entre iguales
  • “En el coaching no se dice al cliente lo que tiene que hacer”. En las corrientes psicoterapeuticas menos directivas tampoco
  • “En coaching se trabaja con un número limitado de sesiones”. Esta afirmación quizá esté justificada si pensamos en la corriente psicoanalítica, pero actualmente encontramos múltiples perspectivas que plantean una duración mucho más limitada de la psicoterapia, como pueden ser la cognitivo-conductual o la psicoterapia breve
  • “El coaching es más flexible, permitiendo el uso de las nuevas tecnologías”. ¿Son de uso exclusivo de los coaches? De nuevo encontramos una afirmación que deja entrever una visión bastante arcaica de la psicología y de la psicoterapia. El uso de los diversos medios que actualmente tenemos a nuestro alcance (teléfono, mail, skype, whatsapp), tanto para una sesión normal como para contactar entre sesiones por diferentes razones, está a la orden del día, también entre los psicoterapeutas
  • Se dice que “el coaching se centra en el presente y el futuro, y la psicoterapia en el pasado”. Determinadas corrientes psicológicas, como la cognitivo-conductual o la terapia de aceptación y compromiso, hacen lo mismo. Y a parte, consideramos que, si queremos provocar un cambio, únicamente va a ser eficaz y estable si analizamos y entendemos su origen y lo trabajamos desde ahí
  • “En coaching se da mucha importancia a las creencias limitantes y su impacto en las emociones y la conducta”. En psicoterapia también. De hecho, nuestra experiencia nos dice que hay que ir al pasado (aspecto al que dan poca importancia) para el encontrar el origen y el sentido de las mismas para trabajarlas adecuadamente
  • “El coaching se orienta hacia el bienestar y el desarrollo personal y/o profesional”. No hace falta que hagamos excesivo hincapié en este punto, ya que toda psicoterapia tiene este objetivo final

Como hemos dicho al principio, nos tomamos muy en serio nuestro trabajo, y lo hacemos con gran responsabilidad y con una gran conciencia de las consecuencias que puede tener cada pequeño paso que damos en los procesos terapéuticos con nuestros pacientes. Por eso os traemos hoy este tema.

Porque consideramos que en demasiadas personas que dicen hacer coaching falta esa conciencia de la que hablábamos al principio de que pequeños bloqueos o dificultades pueden destapar grandes problemas emocionales que un coach sin formación psicológica no va a ser capaz de sostener ni manejar (lo más probable es que ni siquiera lo viera venir). Y esto nos parece poco responsable. Muy poco responsable.

Nuestro objetivo con este post es que los que esteis pensando en iniciar un proceso de coaching, lo hagáis con responsabilidad e información, y elijáis a profesionales debidamente formados, y si son psicólogos mucho mejor. Porque se intenta transmitir la idea de que el coaching es una disciplina moderna, actual, novedosa, pero en unas pocas pinceladas hemos visto que no se distingue mucho de lo que veníamos aplicando desde hace mucho tiempo.

Y en relación a todo esto nos surge una pregunta, que contestaremos, quizá, en otra ocasión: ¿De dónde sale ese interés por intentar separarse y marcar una diferencia tan importante (y a veces incluso tramposa) cuando no la hay?