Estamos en una vuelta al cole rara, en la que la nueva normalidad de la que nos hablaron se parece mucho a la vieja normalidad, excepto para los niños. Ellos fueron los primeros en sentir las consecuencias de una pandemia que no vimos venir y han sido los últimos en incorporarse a una normalidad en la que han sido olvidados y para los que las medidas de protección sanitaria parecen más improvisadas que pensadas y adaptadas a sus necesidades. Una vez más, no se les ha tenido en cuenta.
Quien sí les ha tenido en cuenta y les ha dedicado un cuento, es nuestra escritora de referencia y gran amiga, Gloria García. Os presentamos El Comedor:
Sí,sí. Yo soy un comedor, pero no soy un comedor corriente. Yo soy un comedor de un colegio. Estoy limpio,ordenado y silencioso, y esas tres palabras no me gustan nada. A mí me gusta estar lleno de niños revoltosos y alegres, que lloran cuando ven un plato de acelgas y ríen cuando ven un plato de salchichas con arroz.
He telefoneado al director del colegio, y le he preguntado por qué no están los niños.
Me ha dicho que hay una enfermedad rara y que no sabe cuando podrán volver.
Me he puesto muy triste pero, como soy un comedor muy listo, he preguntado al director si puedo comprar algunas cosillas para recibir a los niños cuando vuelvan. Me ha dicho que sí, que compre lo que quiera. Así que he hecho la compra por internet, porque soy un comedor y no puedo moverme del sitio donde estoy.
He comprado manteles y servilletas de papel con dibujos de muñecos, platos y vasos de plástico decorados con flores y animales, cubiertos (también de plástico) con muchos colorines y he comprado guirnaldas para adornar el techo y, también, muchos globos para atar en el respaldo de las sillas. Así seré el comedor más guapo del mundo y los niños volverán a hacerme compañía.
Y prometo a los niños que, si vuelven muy pronto, nunca más les daré un plato de acelgas.
Ojalá pronto todos los comedores de los coles vuelvan a llenarse del sonido característico de los niños, de todos los niños, porque sabemos que muchos padres no van a llevar a sus hijos al cole de momento por miedo. Y no nos extraña.