Llevamos tiempo queriendo escribir sobre el oscuro poder que tiene el silencio en nuestra sociedad. Sobre las consecuencias que tiene en nuestra forma de vivir y de relacionarnos con los demás. Y James Rhodes, la relectura su libro Instrumental (en Blackie Books) nos ha dado la excusa perfecta.

En Instrumental, Rhodes habla con honestidad y con toda la crudeza de algo que a nuestra sociedad le incomoda ver, hasta tal punto, que para que el libro pudiera ver la luz tuvo que superar la barrera de la justicia. Y es que, de violaciones a menores no nos dejan hablar. Y de eso precisamente es de lo que nos habla Rhodes, en primera persona. Le violaron a los 6 años, y a partir de ahí, todo cambió:

Pasé de ser un niño lleno de vida que bailaba, que daba vueltas, que reía, que disfrutaba de la seguridad y las aventuras que le brindaban un colegio nuevo, a ser un autómata aislado, de pies de cemento, apagado.

No queremos contaros demasiado, porque Rhodes lo cuenta muy muy bien. Con valentía, con honestidad y con responsabilidad. Pero queremos darle el valor psicológico que creemos que falta en muchas de las reseñas y artículos que hemos leído sobre el libro.

Rhodes nos explica y nos describe a la perfección los estragos que las violaciones que sufrió causaron en su estabilidad psicológica, no sólo durante su infancia, sino durante toda su vida. Nos habla de rabia, de miedo, de vergüenza, de culpa, de victimismo, de egoísmo, de pesadillas, de tics, de adicciones, de intentos de suicidio, de disociación. Todo con su nombre y bien clarito. Nos habla de psicólogos y psiquiatras buenos y de psicólogos y psiquiatras malos. De la necesidad que tienen las víctimas de ser vistas, de ser escuchadas y de ser comprendidas. Sin juicios, que bastante tienen con los suyos. Nos habla a bocajarro. Como deberíamos poder hablar cuando sufrimos.

Y es que, como decíamos al principio, en nuestra sociedad hay algunos temas sobre los que impera el silencio, como por ejemplo, los abusos sexuales o las violaciones a niños, como nos cuenta James Rhodes, o el maltrato en la pareja (mucho más si el hombre el maltratado…qué pensarían de él…). Y como vemos a diario en la consulta, el silencio es un gran aliado del trauma.