¿Alguna vez te has parado a pensar por qué prestamos más atención a las críticas que a los halagos, a las noticias de televisión negativas que a las positivas, por qué rumiamos mucho más ante sucesos desagradables…?

Todo esto se debe a lo que se conoce como sesgo de negatividad, donde la información negativa tiende a tener un impacto mayor que la información positiva debido a que es más llamativa y permanece durante más tiempo en la memoria.

Desde la infancia, prestamos más atención a los aspectos negativos del entorno, y esto se debe al hecho de que el sesgo de negatividad tiene carácter evolutivo y adaptativo, es decir, nos ayuda a explorar el entorno de forma segura y a evitar situaciones perjudiciales.

Las bases biológicas que explican el sesgo de negatividad fueron estudiadas por Cacioppo, quien mostró que el procesamiento neuronal del sesgo de negatividad produce una mayor activación a nivel cerebral en comparación con los fenómenos positivos.

Este tipo de sesgo afecta en la vida de las personas de diferentes maneras: a la hora de formar impresiones sobre otros, sobre la cognición y la atención, en el aprendizaje y la memoria, y en la toma de decisiones, teniendo habitualmente la información negativa un mayor peso sobre la positiva.

¿Cómo combatir el sesgo de negatividad?

Hay que tener en cuenta que los pensamientos negativos son necesarios para sobrevivir, pero a su vez necesitamos un enfoque positivo que cree un balance, sin llegar a extremos. Algunas formas de reducir los efectos producidos por este sesgo negativo son las siguientes:

El empleo del mindfulness, que resulta en una disminución del sesgo de negatividad y en una identificación más precisa de los estímulos positivos, mostrando a su vez un mayor optimismo en las personas que lo emplean, lo que se asocia con un mayor bienestar.

Debemos aprender a detener el diálogo interno negativo, hay que prestar atención a este tipo de pensamientos y reformular las afirmaciones negativas en otras más positivas y empoderadas.

Experimentar plenamente los momentos positivos. Ante la vivencia de una experiencia positiva hay que detenerse y tomarse el tiempo de crear esos recuerdos agradables para el futuro. Una vez en casa, es aconsejable reflexionar sobre lo ocurrido para enfocarse en los aspectos positivos vividos.

Bibliografía:

Kiken, L. G., & Shook, N. J. (2011). Looking up: Mindfulness increases positive judgments and reduces negativity bias. Social Psychological and Personality Science, 2(4), 425-431.

Rodri, M. El sesgo de negatividad. Qué es y cómo puedes vencerlo. Psicoactiva. Recuperado de: https://www.psicoactiva.com/blog/el-sesgo-de-negatividad-que-es-y-como-puedes-vencerlo/

Vaish, A., Grossmann, T., & Woodward, A. (2008). Not all emotions are created equal: the negativity bias in social-emotional development. Psychological bulletin, 134(3), 383

(Texto de nuestra alumna en prácticas Alejandra Z. Moreno Ballesteros)