Las relaciones de pareja se han convertido en una de las áreas de mayor interés para la psicología. Entender la forma en la que nos  vinculamos con el otro despierta gran curiosidad en la mayoría de nosotros. En los últimos tiempos ha ido cobrando mayor visibilidad el maltrato físico dentro de la pareja, siendo cada vez más evidente la necesidad de actuar contra el mismo.

Pero, ¿se le está dando la misma importancia a la violencia psicológica?

No, por desgracia. Quizás sea porque resulta mucho más difícil distinguir en qué consiste realmente el maltrato psicológico, ya que todos podemos ver e identificar fácilmente las secuelas físicas, pero las psicológicas acaban convirtiéndose en invisibles de cara a los demás. Por ello, resulta imprescindible conocer en qué consiste exactamente la violencia psicológica dentro de las relaciones sentimentales.

En este post, en concreto, nos centraremos en el fenómeno del gaslighting o luz de gas (término proveniente de la película de Hollywood “Gaslight”). Se trata de una de las formas de abuso psicológico más sutil, lo que hace que su detección sea mucho más complicada y que la víctima se vea envuelta en una relación potencialmente peligrosa y tóxica. Consiste, básicamente, en hacer dudar a la otra persona de su propia percepción, juicio o memoria. El objetivo de quien emplea este tipo de manipulación es conseguir sembrar la inseguridad, el miedo y la confusión en el otro para poder manejarle a su antojo. Generalmente, quien abusa, sabe lo que hace, pero es posible que actúe de forma
automática e inconsciente en base a su aprendizaje vital.

Ejemplo de gaslighting son frases tan comunes como “estás loco/a”, “yo no he dicho eso, no haces más que inventar”, “eres un/a exagerado/a”, “eres demasiado sensible”, “algo habrás hecho para que me enfade”, “yo no te he llamado, estás delirando”, etc.

Al final, resulta mucho más fácil y creíble para la víctima considerar que quien tiene un problema es ella misma, lo cual le lleva a dudar constantemente de sí misma, de sus pensamientos, sentimientos y acciones y, por ende, a buscar la aprobación y el perdón de los demás la mayor parte del tiempo.

Por tanto, trabajar la asertividad y la propia valía es requisito indispensable para frenar a tiempo este tipo de relaciones basadas en el abuso psicológico, siendo la psicoterapia la herramienta idónea para ello.

Bibliografía:

Gurdian, N. Gaslighting: el abuso emocional más sútil. Psicología y Mente. Recuperado de https://psicologiaymente.com/social/gaslighting

(Texto de nuestra alumna en prácticas Irene González Calderón)