Muchos se preguntan ¿Cuál es el objetivo de mi vida? ¿Cuál es mi misión? ¿…? Viven insatisfechos permanentemente porque cualquier respuesta que obtienen no es suficiente. Temen equivocarse, dudan constantemente qué hacer, se preguntan si han nacido para esto o aquello…

Un objetivo de vida complicado o demasiado elevado nos aleja del disfrute de los pequeños momentos que a veces nos regala la vida. Para nosotras, la clave es más sencilla de lo que nos planteamos.

¡Hemos nacido para vivir!

¡Hemos nacido para brillar!

¡Para desarrollar la mejor versión de nosotros mismos!

Cuando naciste, tu brillo interior deslumbraba. Tal vez tuviste suerte y mientras ibas madurando tenías personas a tu alrededor que te ayudaron a seguir brillando con seguridad, reforzando tus logros y apoyándote cuando te caías.

Puede ser, por contra, que se apagara tu brillo a base de mensajes que se clavaron cual estaca en tu interior, invalidantes o traumáticos: “no vales para nada”, “no mereces nada”, “nunca serás nadie en la vida”, etc.

Por desgracia, es muy probable que en tu camino encuentres a alguien que por su propia inseguridad, sus miedos, sus traumas, envidias, rivalidades, codicias, intente hacer que tu luz se apague; esa luz que brillaba porque aprendiste a mantenerla y mostrarla gracias a un entorno propicio o porque a base de tu propio esfuerzo personal trabajaste para superar y dejar atrás mensajes censuradores como los que hemos mencionado.

Hay muchas formas, a veces muy sutiles de intentarlo, en ocasiones incluso llegando al maltrato psicológico: comentarios verbales o gestos corporales desdeñosos, despectivos, humillantes, en tu presencia o a tus espaldas, generando mala energía a tu alrededor, haciendo que dudes de ti mismo, o que los demás piensen mal de ti…

Tal vez solo desea ser como tú en algún aspecto que admira en ti, pero no puede o no se atreve a intentar hacer aquello que le gustaría.

Todas estas cosas y muchas más pueden apagar tu luz o generar en ti miedo a mostrar tu propio brillo, incluso a dejar de buscarlo. Y nosotras te decimos:

¡No lo permitas! ¡Nunca! Has nacido para brillar con tu propia luz.

No dejes que los demás te intenten apagar.

Jamás apagues la luz de los demás.

Compite siempre contigo mismo para ser cada día mejor, para alcanzar tus metas y para crecer sanamente, nunca contra los demás.

Pide ayuda siempre que creas que puede ayudarte. El brillo de una verdadera gran luz, puede iluminarte a ti. Nunca pienses que te hará sombra, al contrario.

Todos tenemos potenciales a desarrollar, incluso desconocidos conscientemente, que están esperando a que los descubras para iluminar tu vida con todo tu brillo personal.