Cuando en psicología hablamos de disociación hablamos de la desconexión que se produce entre nuestros pensamientos, sensaciones corporales, emociones, recuerdos y nuestra propia identidad. Nos ocurre por ejemplo cuando vamos tan metidos en nuestros pensamientos que no somos conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor.

La disociación es un recurso muy común que utilizamos de manera inconsciente ante situaciones emocionalmente muy demandantes. En experiencias de este tipo necesitamos mantener la emoción, para poder buscar una salida adecuada. Habitualmente, al superar la situación la emoción puede ser gestionada y procesada y la disociación no supone ningún problema. Sin embargo, en ocasiones la disociación se mantiene en el tiempo. Cuando esto ocurre, la persona se desconecta al sentir que vuelve a estar en una situación similar (en mayor o menor medida) a la inicial, y que percibe como peligrosa.

La disociación puede experimentarse de diferentes maneras. Algunas son muy comunes y pueden pasar desapercibidas, como faltas de atención, dificultad para recordar algunas cosas o conducta automáticas. Otras, sin embargo, son más llamativas como la incapacidad para recordar situaciones o épocas importantes de la vida (amnesia disociativa), la sensación de observarse a uno mismo desde fuera, como si fuera otra persona (despersonalización), la dificultad para distinguir si lo que está viviendo es real, con una gran sensación de confusión (desrealización) o la confusión o alteración de la identidad.

El trabajo con la disociación suele ser delicado, ya que supone la presencia de emociones o vivencias no procesadas y que suelen conllevar un profundo dolor. Lo que solemos hacer con nuestros pacientes es ayudarles a conocer su mundo interno, generalmente a través de muñecos. Esto les permite individualizar las diferentes partes que lo componen, entender los mecanismos de defensa que ha ido desplegando a lo largo de su vida y las emociones y necesidades que no ha podido ser atendidas. De esta manera les facilitamos la toma de conciencia de las partes disociadas, así como un acercamiento a las mismas desde un entorno seguro.