En Centro de Psicología de Madrid estamos muy habituados a hablar del trauma psicológico con nuestros pacientes, incluso con aquellos que no han sufrido situaciones especialmente peligrosas o límite. Cuando les planteamos la posibilidad de que lo que les está pasando sea la consecuencia de un trauma se sorprenden. Pero cuando les explicamos que entendemos el trauma psicológico como una herida en el alma, como algo que se nos rompe por dentro, su percepción empieza a cambiar.

¿Cómo se lo explicamos a nuestros pacientes?

Cualquier experiencia vital puede provocarnos un impacto traumático. El único requisito que debe cumplir es que nuestro cerebro vea sobrepasada su capacidad de procesamiento emocional. Cuando esto ocurre, la experiencia (y todo lo asociado a ella, como emociones, reacciones físicas, pensamientos o conductas) no puede ser procesada, y nuestra memoria se ve obligada a almacenarla de manera fragmentada. Así, los síntomas que nos llevan a psicoterapia son la forma en que nuestro cerebro intenta dar salida a esas emociones que le sobrepasaron y que no fue capaz de procesar.

Tipos de trauma psicológico

La capacidad de nuestro cerebro para procesar nuestras emociones y las experiencias se puede ver sobrepasada de dos maneras:

  • Trauma con T mayúscula

Podemos describirlo como un tsunami emocional. Son acontecimientos que nos enfrentan a una amenaza psicológica o vital, con una enorme implicación emocional, de la que no podemos escapar y a la que no nos sentimos capaces de enfrentarnos. Serían desastres naturales, ataques terroristas o accidentes de coche, por ejemplo.

  • Trauma con t minúscula

En este caso podríamos recurrir a la imagen de la gota malaya. La experiencia por sí misma, manera aislada, es manejable emocionalmente, pero cuando se mantiene en el tiempo y se vive de manera recurrente termina sobrepasando nuestra capacidad emocional y provocándonos esa herida en el alma de la que hablábamos al principio. Ejemplos de este tipo de traumas son el bullying o la convivencia en un ambiente poco afectivo o de malos tratos.

¿Se puede superar un trauma psicológico?

Con un cuidadoso trabajo psicoterapéutico con EMDR como base podemos reactivar la capacidad de procesamiento del cerebro para integrar los diferentes componentes de la experiencia. El uso de esta técnica junto con hipnosis clínica nos permitirá convertir las experiencias traumáticas en oportunidades de aprendizaje y crecimiento.