Tanto las investigaciones en el campo de la psicología evolutiva expuestas en la Teoría sobre el Apego de John Bowlby, como los últimos descubrimientos sobre neurología interpersonal, tal y como señala Siegel en sus trabajos sobre el apego y el cerebro del niño, muestran cómo en los niños pequeños (y también en adolescentes y adultos) la necesidad de proximidad y de seguridad constituyen necesidades primarias que cuando son atendidas adecuadamente contribuyen al establecimiento de un apego seguro, favoreciendo así su desarrollo psicológico normal en el área social, emocional y cognitiva, así como en el plano de la autoestima.

Por el contrario, un apego inseguro, que se desarrolla cuando no se cubren estas necesidades básicas, da lugar a niveles más elevados de problemas psicológicos a lo largo de su vida. Cuando la madre, el padre o la figura cuidadora son una fuente de alarma o temor, el niño puede desarrollar un apego desorganizado contribuyendo a un peor pronóstico en cuanto a dificultades de regulación emocional, problemas en las relaciones sociales e incluso problemas disociativos y cognitivos.

Pero no nos asustemos, para hacerlo bien no es necesario que los padres tengan conocimientos neurobiológicos para la crianza y educación de sus hijos. No obstante, sí es muy muy recomendable tener conocimientos actualizados sobre el modo en que funciona nuestro cerebro, como mamíferos que somos, y cómo se va conformando a través de la experiencia humana, puesto que nos ayuda a comprender cómo se elabora nuestra vida emocional subjetiva e interpersonal y de esta manera podremos ayudar a la generación de buenas bases neuronales y psicológicas para el proceso evolutivo sano en los niños.

Así que estad atentos a nuestros próximos posts, porque seguiremos comentando cómo generar un buen vínculo con nuestros hijos para proporcionarles un apego seguro.

Referencias:
Atger F., Guedeney A. Attachement et développement. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Psychiatrie, 37-200-B-35, 2006.
D.J. Siegel. Apego y comprensión del niño: Ser padre pensando en el cerebro. Revista de Psicoterapia/Vol.XVI-Nª61