El vínculo entre padres y niños se va conformando a través de los patrones de comunicación contingente y apego seguro junto con una forma “sensible” de cuidado. Se trata de un proceso que consiste en que las señales que emite el niño sobre sus necesidades básicas de atención y afecto, se perciben e interpretan de una manera efectiva y adecuada. Esto hace que el niño se sienta comprendido y seguro, entendiendo que la madre, el padre o la figura preferencial son una fuente de protección y nutrición fiable.
Al establecerse entre ambos esta percepción general de contingencia predecible, con este patrón de comunicación contingente y el apego seguro basado en la plena confianza y el entendimiento mutuo, se establece entre ellos una sensación de armonía, surgiendo verdaderas oportunidades de conexión muy profundas. De este modo se va generando en el niño el sistema de apego a niveles neuropsicológicos para su propio beneficio evolutivo.
Es por este motivo que en momentos de malestar, el niño busca la proximidad de la madre como refugio seguro y se siente consolado y protegido, le servirá de base segura para tranquilizarse, lo que le ayudará a salir poco a poco a explorar más y más el mundo. Es lo que llamamos, en psicología evolutiva, apegarnos con base segura para después poder desapegarnos e ir madurando en busca de la individualidad.
Esta “comunicación contingente” requiere de todos los sentidos físicos posibles para establecer lazos profundos, señales que quedan grabadas neurólogicamente en forma de aprendizajes en el cerebro del niño.
Estudios científicos de neurología interpersonal sobre el apego y la psicología evolutiva demuestran que el olor que perciben la madre y el bebé, el tacto, el sonido de sus voces, la temperatura corporal y las miradas generan el clima adecuado que fomenta el vínculo entre ambos.
En diferentes tradiciones culturales y a través de generaciones, se ha puesto en práctica de forma intuitiva el establecimiento del vínculo seguro a través del masaje infantil, algo que ha sido científicamente corroborado mediante numerosas investigaciones que demuestran que efectivamente el masaje proporciona momentos de conexión entre la madre (padre o figura preferencial) y el bebé.
Referencias: DJ Siegel. Apego y comprension del Niño: Ser padre Pensando en el cerebro. Revista de Psicoterapia / Vol.XVI-Nº61