La infidelidad se produce cuando se rompen las normas en las que se basa una relación de pareja. Puede ser física, cuando uno de los miembros mantiene una relación sexual con una tercera persona, o emocional. En este caso, no hay contacto físico, pero sí todo un despliegue de emociones y sentimientos. Este tipo de infidelidad se ha intensificado en los últimos años y al no haber relación física y poder disimularse los sentimientos no suele considerarse como tal.
Hay estudios que revelan que en torno a un 30% de personas son infieles a sus parejas. En cada pareja hay una idea de infidelidad diferente y en muchas ocasiones el desconocimiento de los valores de cada uno conduce a problemas de entendimiento. También, otros factores como el tipo de relación que han acordado tener los miembros de la pareja, abierta, cerrada, etc. o el modelo que cada persona ha tenido en su familia de origen puede dar lugar a comportamientos poco claros dentro de la relación hasta llegar al punto de engañar a la otra persona. En otras ocasiones se puede cometer una infidelidad emocional y no ser consciente de que lo que se está haciendo no es correcto o que puede incomodar a su compañero/a. Para evitar malentendidos es fundamental que cada miembro de la pareja sea consciente de lo que quiere y establecer unas “reglas” entre ellos en las que ambos estén de acuerdo para que la relación funcione en un ambiente de confianza y respeto.
En la infidelidad emocional la persona infiel siente atracción por una tercera persona que suscita su interés por todo lo que hace y lo que le gusta, y por ello quiere conocerla mejor y le pregunta sobre aspectos intrascendentes para tener más información sobre ella: ¿qué hace en ese momento?, ¿qué ha comido?, ¿qué tipo de cine le gusta?… De este modo se va entrando en una vorágine donde la persona infiel se muestra confiada con la tercera persona, le va contando también sus cosas más personales y llega a considerarla esencial en su vida. Pero, por otra parte, su relación de pareja le impide llegar a establecer una relación más estrecha por miedo a hacer daño a su compañero/a, a defraudarle e incluso por un sentimiento de culpa porque sabe que su comportamiento no es correcto, aunque le gusta y atrae hacerlo. Y como no es una infidelidad física se justifica pensando que no se está actuando mal.
Con las redes sociales la infidelidad emocional o afectiva ha aumentado ya que es un medio de contactos muy amplio y accesible que permite a cualquiera establecer lazos estrechos de confianza y cariño con otras personas tanto conocidas como desconocidas. La persona infiel en algunos casos busca otras relaciones para sentirse mejor consigo misma porque tiene una necesidad constante de sentirse querido y aceptado por los demás, y también puede suceder que su relación de pareja no le satisfaga por completo y busque fuera de esta relación aquello que le falta. La concepción que se tiene actualmente de las relaciones es muy diferente; las redes sociales y las apps de citas han revolucionado la sociedad. En estos medios de comunicación se prima conocer a una persona a través de fotos y chats, y en función de eso se valora si realmente esa persona resulta de interés o no.
¿Pero qué es más grave, una infidelidad emocional o sexual? Hay personas que consideran mucho más grave una infidelidad emocional que una sexual, puesto que la emocional implica sentimientos, cariño, confianza con la otra persona, contar intimidades (debilidades y fortalezas), etc.
Perdonar una infidelidad depende de muchos factores, uno de ellos es el tipo de infidelidad, la persona con la que se ha sido infiel, la capacidad de perdonar de la persona engañada o traicionada, además del estado de la relación en ese momento.
En las relaciones actuales la desconfianza por el compañero/a de vida ha aumentado, y también se ha perdido el respeto por la relación de pareja. En muchos casos prevalece el egoísmo al dejarse llevar por el sentimiento de satisfacer las necesidades propias de forma inmediata sin pensar que este tipo de conductas puede hacer daño al otro, además de poner en peligro la relación de pareja.
Bibliografía:
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2018-06-25/infidelidad-peor-forma_1582173/
(Texto de nuestra alumna en prácticas Isabel T. García López)