Hay un factor que tiene mucha presencia en nuestra vida y que también juega un papel importante en nuestro bienestar emocional del que nunca hemos hablado: el trabajo. La propia Organización Mundial de la Salud indica que «el trabajo es beneficioso para la salud mental», aunque también nos recuerda que son muchos los factores que pueden poner en riesgo nuestro bienestar.

Los más comunes están relacionados con las políticas de gestión y dirección, con la adecuación entre las aptitudes del trabajador y la tarea a desempeñar o la carga excesiva de trabajo, pero podemos destacar también la siguientes:

  • Horarios rígidos
  • Falta de claridad en cuanto a objetivos
  • Comunicación ineficiente
  • Falta de apoyo por parte de los superiores
  • Escaso poder de decisión por parte del trabajador
  • Exposición a situaciones emocionalmente exigentes, como en el caso de personas que trabajan con personas en situación terminal o en ayuda humanitaria

Si no se presta atención a todas estas circunstancias, los trabajadores pueden llegar a desarrollar síntomas de ansiedad o de depresión y aumentar el consumo de sustancias nocivas. Mención a parte de merece el acoso laboral o mobbing, del que hablaremos en otro artículo para poder profundizar bien.

Por esto es importante que las empresas, del tamaño que sean, tomen conciencia de esto y tomen medidas para crear un ambiente laboral estable, seguro y de confianza. La Organización Mundial de la Salud propone las siguientes:

  • Flexibilizar horarios que permitan equilibrar la vida personal y la laboral
  • Desarrollar políticas de prevención y detección precoz de síntomas de malestar emocional
  • Promover una comunicación efectiva y abierta
  • Transmitir a los trabajadores seguridad para poder pedir ayuda
  • Promover la capacidad de decisión de los trabajadores en lo referente a sus tareas y responsabilidades
  • Favorecer el desarrollo profesional
  • Reconocer y valorar el trabajo realizado

Algunas de estas medidas supones pequeños detalles que tienen grandes efectos en el rendimiento de los trabajadores como en el desarrollo y crecimiento de la propia empresa. Vale la pena intentarlo, por el bien de todos.