La depresión estacional, también conocida como trastorno afectivo estacional, se puede considerar un tipo especial de trastorno del estado de ánimo. Tiene muchos puntos en común con la depresión pero se caracteriza principalmente porque los síntomas aparecen a finales de otoño o principios de invierno.

Este trastorno fue descrito en 1980 por el profesor de Psiquiatría Clínica Normal Rosenthal bajo la hipótesis de la falta luminosidad y así se ha confirmado en numerosos estudios. En ellos se concluye que la falta de vitamina D provocada por la disminución de horas de luz solar afecta a los niveles de serotonina y dopamina en el cerebro, neurotransmisores con importante papel en nuestro estado de ánimo.

En ocasiones puede ser difícil diferenciar una depresión estacional de una depresión «convencional». En el caso que nos ocupa destacan especialmente la somnolencia diurna y la ansiedad por consumir alimentos calóricos, sobre todo hidratos de carbono, lo que conlleva un aumento de peso. Otros síntomas que aparecen también en la depresión estacional son la tristeza, la pérdida de la capacidad de disfrutar de las cosas, la astenia, disminución de la líbido o el aislamiento social.

Ahora que acabamos de cambiar la hora y se nota de manera más llamativa cómo los días se hacen más cortos es interesante tener en cuenta algunas cuestiones para prevenir la depresión estacional:

Mantén tus relaciones sociales

Con la llegada del frío y de los días más cortos podemos tener la tentación de tirar de manta y sofá. Por eso es importante prestar atención a nuestros seres queridos para mantener el contacto y disfrutar de compañía y cariño.

Sal a la calle

Aprovecha que vas al trabajo, a llevar a los niños al colegio o a hacer la compra para darte un paseo y respirar algo de aire libre. El simple hecho de caminar te ayudará a desconectar de obligaciones y prisas y aumentará tus niveles de serotonina. Además, si es un día soleado te beneficiarás también de la vitamina D que nos proporciona la luz solar.

Haz deporte

Como ya hemos comentado en otro artículo, la actividad física tiene un efecto positivo en nuestro bienestar emocional ya que genera endorfinas, neurotransmisores responsables de la sensación de felicidad.

Con estas recomendaciones y el mantenimiento de actividades que sabes que te hacen sentir bien podrás disfrutar del otoño y el invierno, que también tienen su punto si se lo queremos sacar ?